Metodología

Si la información disponible es limitada, se pueden llevar a cabo actividades participativas o sobre el terreno para complementarla. La investigación sobre el terreno también es una práctica útil para validar los datos que se han recogido previamente o para recopilar información más detallada de un componente o lugar específico. La recopilación de datos, especialmente sobre el terreno, debe estar en consonancia con el objetivo del plan y centrarse en el área, la escala y los temas de interés específicos. Además, también debe considerar áreas temáticas relevantes para el contexto específico, como las zonas costeras, la presencia de asentamientos informales, la predisposición al turismo, la vulnerabilidad al cambio climático, etc. 

Hay diferentes formas de realizar la investigación de campo. En una investigación de reconocimiento, el equipo técnico identifica las características o elementos sobre el terreno que son relevantes para el análisis y los anota en un mapa base, utilizando programas informáticos adecuados, como el seguimiento por GPS. Por otra parte, las actividades participativas con un grupo o una parte interesada concreta, como los talleres de cartografía comunitaria, las entrevistas y las encuestas a los hogares, proporcionan información de alta calidad basada en la experiencia empírica (por ejemplo, la identificación de puntos calientes de riesgo climático por parte de la comunidad) y los conocimientos técnicos de los residentes y los expertos. Este tipo de ejercicio permite capacitar y dotar de conocimientos a los agentes locales y a los funcionarios de la ciudad. Por último, se pueden comprar imágenes por satélite de alta resolución o tomar imágenes con drones para aumentar el nivel de detalle de la información existente.